El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha convertido en ejemplo por sus decisiones contra los efectos socioeconómicos de la pandemia del coronavirus. Y es que, hablando de viralidad, un video en el cual se explica cómo en El Salvador se congelan deudas, se aplazan compromisos económicos y se prioriza la salud para luego retomar la economía, se ha hecho, precisamente, viral.

Con 38 años de edad ha asumido la presidencia con ideas muy modernas y revolucionarias en el mejor de los sentidos. En esta crisis específica, Bukele ha dado 30 directrices muy precisas, incluyendo la suspensión por tres meses de los pagos por servicio de energía eléctrica y telecomunicaciones. Las hipotecas y arriendos residenciales y comerciales también han sido suspendidos, además de los pagos por préstamos para automotores. El costo de esos tres meses se diluye a lo largo del contrato del pago, sin intereses, para no generar traumatismos.

La cuarentena por el coronavirus es obligatoria en El Salvador, pues es la forma más efectiva de frenar el contagio y mantener disponibles servicios de salud para quienes contraigan la enfermedad. Mientras la población se ve obligada a tener este cuidado, se trabaja en la consecución de recursos, incluyendo donaciones que son auditadas por 60 expertos, para evitar fraudes. También se están estableciendo precios fijos a los productos de primera necesidad, para evitar la especulación.

También en el video, Bukele hace a los empresarios este llamado: “Ustedes tienen dinero para 10 o 20 vidas. No tienen tiempo para gastárselo todo. Piensen en vivir. Piensen en que cuando ustedes necesiten una cama de hospital para que le atendamos, créame que lo último que va a importar es su cuenta de banco”. Y continúa: “Esta es una situación nunca antes vista por los que estamos vivos. Las potencias del mundo no saben qué hacer. Piensen en su familia. Nadie está inmune. Ya vimos que los jóvenes también mueren. Quiero pedirles que se lo tomen en serio. Sé que algunos van a perder algo de lo que tienen o de lo que les falta, pero piensen en cuánto vale la vida. Cuánto darían por traer a un ser querido de regreso. Yo daría todo lo que tengo. Sacrifiquémenos todos un poquito”.